La sociedad es siempre reacia a los cambios. Es un hecho: a las personas nos gusta mantenernos en nuestra zona de confort. Sin embargo, la historia nos recuerda que, gracias a los propios cambios, una sociedad evoluciona.
Y sin duda uno de los cambios más notorio, acontecido en los últimos tiempos ha sido la digitalización empresarial o cómo las empresas 1.0 se han sumado a las últimas tecnologías. Página web, redes sociales, marketing digital, ecommerce… son algunos de los términos que, hoy en día, ya resuenan en todo tipo de negocios. Incluidos, los de carácter más tradicional.
El auge del ecommerce
Y es que el auge del ecommerce ha supuesto todo un boom en los modos de consumo. Desde grandes empresas hasta las tiendas más pequeñas han dado el salto a lo digital. Vender online está de moda, porque sus ventajas son reales y del todo satisfactorias: tanto para el cliente, como para el propio vendedor.
Desde el confinamiento, los usuarios han modificado sus hábitos a la hora de comprar. Si antes se prefería acudir in situ a una tienda, hoy evitamos esas largas colas por un clic desde nuestro dispositivo electrónico (ya no hace falta ni que se trate de un ordenador). Los negocios digitales en 2022 son una realidad.
Del mismo modo que restaurantes o supermercados se han sumado al comercio electrónico. Pedir la comida para llevar o la compra semanal y esperar a que las traigan a casa… acciones que hasta hace unos pocos años eran del todo impensables. O, simplemente, no estábamos acostumbrados a ello.
El miedo al contagio, en un inicio, se ha convertido en comodidad, practicidad y en una gran oferta y demanda a través de la red. El cliente dispone de una mayor libertad en su compra y es quien decide el cómo, el cuándo y el dónde, de una forma sencilla y rápida.
Por consiguiente, muchas empresas 1.0 –aquellos negocios de toda la vida- han decidido apostar por el ecommerce y todos sus beneficios. Es el caso de Ractem, sin ir más lejos: una tienda especializada en sistemas de almacenaje; que decidió incorporarse al mundo de la venta online, llevándolo a cabo de una forma exitosa.
La digitalización: una necesidad para 2022
Pero en toda evolución, el cambio no debe ser puntual; sino todo un proceso paulatino en el tiempo. De este modo, aquellos negocios que se convirtieron en ecommerce en el año 2020, deben seguir siéndolo este 2022. La importancia del ecommerce en 2022 debe seguir siendo patente.
Tal y como advierte el teólogo suizo Alejandro Vinet: “el verdadero progreso consiste en renovarse”. Ese “renovarse o morir” que se repitió en los momentos más duros de la pandemia y de una manera precipitada, además. Ese espíritu de progreso que debe seguir presente en el ADN de toda empresa.
Porque el contexto es clave para el éxito de todo negocio: saber dónde se actúa, tener claro cuál es el escenario o marco de actuación. Y la realidad de este 2022, ahora mismo, es sinónimo de digitalización.